Otero de Curueño
Recostado sobre un Otero que se eleva suavemente de la cuenca del valle, como a tiro de piedra de Valdepiélago y La Vecilla, Otero de Curueño es un museo en estado puro.
Lo más visible es un rosal de heráldica, que se extiende por la fachada del palacio de los Álvarez-Acevedo, noble familia de La Real Encartación de Curueño.
Escudos grandes y pequeños, rosetones, borduras, y hasta un balcón del homenaje dan a este palacio del siglo XVI una prestancia insospechada para este lugar. Algunos descendientes de esta familia de señorío rural, que en su inicio fue Ordás, viven aún en el pueblo.
Al lado mismo, se alza la iglesia, que fue parroquia medieval, si se atiende a su estilo de románico popular, y la antigüedad de las bellezas que contiene.
De entre ellas, ¡cómo no ponderar la dulcísima imagen de la Virgen y el Niño, aún policromada!. Es una virgen gótica, del siglo XIII, cuya ternura sobrepasa las clasificaciones, y que sigue en su iglesia, por extraño milagro, como joya del arte religioso de estos dominios
Es también impactante la talla de San Jerónimo, con sus barbas de antiguo patriarca. Es una imagen del siglo XVI, de más modesta valoración, pero tiene la importancia para los vecinos de representar a su patrón. San Jerónimo es la fiesta mayor de Otero. Cae en 19 de septiembre, pero por cuestiones logísticas, se celebra el primer jueves y viernes del mes de agosto.
El pueblo completa su oferta de museo con la belleza circundante, donde, al decir de Julio Llamazares … “Los ojos se le cierran, incapaces de absorber toda la luz que incendia las callejas y los árboles de Otero. Pero por fin hay una fuente. El pilón está en lo alto de una cuesta, entre la carretera y las paredes centenarias de una casa solariega…”
Una Asociación Cultural pilotada por Gregorio Fernández Castañón dio en titularse con el poético nombre de “La fuente del Ruiseñor“.
A partir de esta propuesta inicial, Gregorio Fernández puso en pie un enorme andamiaje cultural, de amplio aliento: La publicación de la revista “CAMPARREDONDA”, con valiosas colaboraciones culturales, la edición anual de libros de poesía y prosa, bajo el paraguas de “Los libros de Camparredonda” y otras iniciativas, como el Premio de “La armonía de las letras”.
Con ello, la Asociación de Otero de Curueño ha trascendido ampliamente su localismo, para resultar todo un fenómeno cultural dentro de la provincia de León.
Imágenes: Manuel Martín